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COP25: Maratón negociador con aroma de decepción

Esta es la cumbre sin altura. Caras largas, pasillos vacíos, jefes de delegación que hacen las maletas sin acabar la conferencia, expresiones de decepción, irritación de las organizaciones sociales. Pero sobre todo, si ya ha habido fugas de delegados antes de concluir el “evento”, no solamente es por miedo a perder el avión, sino porque seguramente adivinan que, al final, no habría mucho que celebrar.

No es el momento para la épica. Madrid no ha sido París.

Tras dos semanas intensas de negociación, las delegaciones de casi 200 países presentes en la conferencia del clima de Madrid expresaban en la tarde del sábado su disgusto por el completo desacuerdo que reinaba entre los distintos grupos de países.

La conferencia debía concluir el viernes pero el sábado la falta de consenso sequía siendo clamorosa.

La COP25 podría prolongarse hasta ultima hora del sábado; quién sabe si hasta el domingo.

Un golpe a las expectativas algo exageradas creadas por algunos.

La conferencia está muy lejos de responder a las demandas de los científicos y de la sociedad

Es siempre muy arriesgado utilizar palabras de grueso calibre, pero en este caso puede hablarse de una cumbre fracasada: ha fallado al menos el intento de estar a la altura de las circunstancias.

Los resultados de la conferencia van a estar muy lejos de las demandas de los científicos que piden una acciones urgentes para detener el aumento de temperaturas con efectos catastróficos. Mientras tanto, las organizaciones sociales han venido pidiendo que se actuara en justa correspondencia con esta demanda.

Un informe de la ONU insistió en que para evitar una subida de temperaturas por encima de los 2º, sería necesario reducir las emisiones de CO2 un 7,6% por año, todos los años desde el próximo año y hasta el 2030, lo que requeriría una transformación sin precedentes de la economía mundial.

Al ritmo actual, los termómetros podrían aumentar hasta 4 o 5°C para fines de siglo en comparación con la era preindustrial. Incluso, si se cumplieran las promesas (insuficientes) de París, el planeta va camino de ser 3º más caluroso que en la época preindustrial.

Las propuestas de mayor ambición chocan con un muro de inmovilismo

Pero la presión de la Alianza por la Ambición Climática ha chocado contra un muro de inmovilismo. Los grandes países emisores (entre ellos, China, India, Brasil…) se han negado en redondo a actualizar al alza los planes nacionales de acción climática (ya prometidos en París en 2015) para ser presentados el año próximo (Glasgow, 2020).

Incrementar esta ambición climática ha sido el gran caballo de batalla de la UE pero la petición no ha obtenido receptividad. El segundo asunto de discordia es la definición de las reglas de los futuros mercados de carbono.

China, China y Brasil quieren que se puedan transferir a la nueva etapa del acuerdo de París todos los certificados de reducción de emisiones (CERs) generados a partir del protocolo de Kioto. (Obtenidos a partir de proyectos de desarrollo limpio, como inversiones en instalaciones de energías renovables, modernización en plantas industriales o restauración en zonas forestales). Estos países desean que se arrastren estos derechos sin ningún control o cortapisa a la nueva etapa que abre el acuerdo de París.

Efectos perversos

Dos riesgos: que se dé una doble contabilidad de reducciones y que el mercado se inunde de créditos a bajo precio

Pero eso comporta dos riesgos: que se dé una doble contabilidad de reducciones de emisiones (una en el país de destino y otra en el país de origen de la transferencia) y que el mercado se vea inundado por créditos a bajo precio…con efectos muy perniciosos. Sería todo un estímulo para que las empresas prefirieran acudir al mercado a comprar derechos a bajo precio en lugar de aplicar medidas propias de descarbonización.

“Esas reducciones no pueden computar en dos sitios”, resalta Teresa Riba, la ministra en funciones. “Hay países que ven esto con más ligereza y otros que quieren ser muy estrictos, porque si no, se desplomaría la credibilidad de estos derechos o unidades e, incluso, del sistema mismo”, añade Ribera.

La UE invoca la necesidad de preservar la “integridad ambiental”, argot que expresa el temor a que todo esto no conduzca a beneficios reales y concretos. Y ha repetido por activa y por pasiva que “es preferible que no haya acuerdo a que haya un mal acuerdo”

Negociaciones todo el sábado, desde la madrugada

Las negociaciones para alcanzar un acuerdo en la cumbre de Madrid se prolongaron durante todo el sábado sin visos de consenso.

La COP25 debía servir para dar un impulso a la ambición climática (al menos, esa era la terminología reiteradamente utilizada por la presidencia chilena), pero a medida que avanzan las negociaciones se extendía el temor a que en realidad estemos en un estancamiento o, incluso, una regresión en el desarrollo y aplicación del acuerdo de París.

Sin consenso en los capítulos esenciales

El consenso no se abrió paso en los documentos propuestos, en ningún de los capítulos trascendentales: la ambición futura en materia de reducción de gases, la financiación de los países del sur y, sobre todo, las reglas de funcionamiento de los mercados internacionales de carbono. “Era la COP de la ambición, pero no la vemos por ningún lado”, criticaba Carlos Fuller, delegado de Belize hablando en nombre del grupo de países estados insulares, que expresaban su descontento.

Ese descontento se expresaba en clara frustración y rotunda decepción en boca de las organizaciones sociales que participan en la cumbre como observadores.

Unión de los Científicos Preocupados

La propuesta “nos parece inaceptable”, dice Alden Meyer

“La última versión de la propuesta presentada por la presidencia nos parece completamente inaceptable. No apela a un aumento de la ambición de los países para mejorar sus planes de reducción de emisiones”, declaró Alden Meyer, responsable de estrategias de la Unión de los Científicos Preocupados.

“Si los líderes mundiales fracasan en el aumento de la ambición climática en la próxima COP26 en Glasgow, la meta acordada en París para detener el aumento de temperaturas por debajo de los 2ºC, y mucho menos la meta de 1,5ºC, será casi imposible de alcanzar”, añadió.

“El planeta está ardiendo y cada vez es más difícil de alcanzar la ventana de escape”, sentenció.

El borrador del acuerdo presentado por Chile “es del nivel más bajo, injusto e inmoral. Los líderes tienen que responder al llamamiento de los jóvenes, los indígenas y los países vulnerables”, añadió Meyer.

Muy dura se mostró también Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional, quien acusó directamente a la presidencia de Chile.

Jennifer Morgan (Greenpeace)

Adoptar ese acuerdo sería una traición a la gente a que está pidiendo que se actúe ya”

“El texto es una vergüenza. Adoptarlo sería una traición a la gente a que está pidiendo que se actúe ya. La presidencia de la COP tenía solo un trabajo po hacer, proteger la integridad del acuerdo de París y no permitir que la avaricia y el cinismo lo rompieran a pedazos”, dijo con enfado.

El enfoque que ha imprimido muestra “que ha escuchado los intereses privados de las empresas contaminadoras más que al pueblo”. Por eso, le pidió a la presidencia que se mantenga firme frente a Estados Unidos, Brasil y Japón, países a los que acusó de “querer destruir la negociaciones, apoyando una estafa en el tráfico de emisiones que le pone un precio al medio ambiente y a los derechos humanos”.

Esos tres países son partidarios de un funcionamiento de los mercados de carbono con reglas poco robustas, lo cual despierta las iras de las organizaciones sociales y el rechazo claro de la UE.

Ante las respuestas tan airadas de repudio del borrador del acuerdo, la presidencia de Chile presentó un segundo documento para ser discutido con las diferentes delegaciones.

Chile presenta un segundo borrador

Mientras tanto un grupo de 28 países liderados por Costa Rica se han unido durante las negociaciones para incorporar los llamados Principios de San José, para asegurar que los mercados de carbono sean realmente justos y sólidos.

En esta iniciativa están, además de España, Suiza, Belice, Colombia, Paraguay, Perú, Islas Marshall o Vanuatu.

Los principios de San José recogen once condiciones que van desde asegurar la integridad ambiental hasta evitar la doble contabilidad, vetar el traspaso de créditos anteriores a 2020 al nuevo sistema o bloquear tecnologías incompatibles con la reducción de emisiones

El facilitador chileno,Andrés Landerretche (coordinador de la presidencia de la COP), prometió que el documento tendría mayor ambición, aunque no dio detalle sobre cómo se concretaría esta afirmación. “Vamos a intentar mejorar el texto, pero esto va a depender de las partes. Solo somos puentes, facilitadores o articuladores del acuerdo, pero si no hay consenso no hay consenso”, dijo con cierto aire de cierto abatimiento.

El segundo borrador de acuerdo, en espera

Una vez elaborado un segundo borrador, este documento será sometido a pleno en donde podría pasar de todo, dadas las divergencias existentes.

-¿Podemos decir que esto acabará como el rosario de a aurora?, -le preguntó un periodista con sorna Landerretche

-No puedo valorar algo que no se ha acordado. Solo valoraremos el documento final cuando sea firme -contestó un avezado diplomático tirando de manual.

Poco después el pleno volvió a ser pospuesto.

Más argumentos para quienes le gusta vaticinar fracasos.

Fuente: La Vanguardia