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España ya ha puesto fecha a la prohibición de los coches diésel y de gasolina

El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó, el pasado 13 de mayo, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de España, que establece los objetivos para alcanzar la plena descarbonización de la economía española antes de 2050.

Entre los diferentes objetivos que persigue esta ley, destaca el ambicioso plan que se ha trazado para reducir de forma drástica las emisiones de gases de efecto invernadero. Para conseguirlo, el Gobierno se ha marcado el propósito de recortar en 2030 al menos el 23% de las emisiones de CO2 respecto a los niveles de 1990 y para ello se han concretado diversas medidas muy concretas en el terreno de la movilidad.

Una de las medidas más controvertidas ha sido la de alcanzar en el año 2050 “un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2”. Para ello, el texto prevé que se adopten las medidas necesarias, de acuerdo con la normativa de la Unión Europea, para que estos vehículos, excepto los matriculados como históricos y los que estén destinados a usos comerciales, “reduzcan paulatinamente sus emisiones, de modo que no más tarde del año 2040 sean vehículos con emisiones de 0 g CO2/km establecidas conforme la normativa comunitaria”.

Aunque no se explicita en el texto, esta medida significa que a partir de 2040 se dejarán de vender coches nuevos diésel, de gasolina e híbridos. De modo que nos quedaremos con tecnologías de propulsión eléctricas puras o de pila de combustible.

El Gobierno pretende recortar en 2030 al menos el 23% de las emisiones de CO2 respecto a los niveles de 1990

Para la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), la aprobación de esta ley es un hecho muy necesario “porque configura un marco normativo nacional y fija objetivos a largo plazo”. Asimismo, recalca que “hay un pleno compromiso por parte de sector y seguiremos trabajando con el Gobierno para generar un marco y un entorno que nos permita avanzar en una descarbonización inclusiva, que mantenga la potente industria de automoción en España y el empleo de calidad”.

Por su parte, Raul Morales, director de comunicación de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), ha explicado a La Vanguardia que Faconauto también valora positivamente que se establezca un marco nacional con objetivos a medio y largo plazo para la progresiva descarbonización del sector de la movilidad, siempre en línea con las directrices marcadas por la Unión Europea.

«El sector de la distribución está comprometido con los progresivos objetivos de descarbonización, compartidos también por los fabricantes, y trabajamos para que esa transición sea ordenada y justa para todos los ciudadanos y sus necesidades de movilidad», ha asegurado Morales, quien cree que «en este momento de transición la nueva Ley aclara el contexto, pero en lo referente a la movilidad, lo esencial es salvar la distancia que siente el ciudadano respecto al vehículo electrificado».

En este sentido, pone en valor el papel prescriptor de los concesionarios porque son los que atienden al consumidor y aclaran las dudas que puede tener respecto a la electrificación de los coches.

La medida contempla que a partir de 2040 se dejen de vender coches diésel, de gasolina e híbridos

Por otro lado, ONG’s sociales y ambientales como Climate Strategy, ECODES, Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente, Fundación Renovables, SEO/BirdLife y Transport & Environment también han celebrado la aprobación de la ley y consideran que «sienta las bases» para poder hacer frente a la emergencia climática en los próximos años.

Sin embargo, critican que finalmente no se haya adelantado a 2035 la prohibición de los coches de combustión porque 2040 es «incoherente» en su opinión”. Asimismo, Greenpeace pone sobre la mesa el hecho de que la Ley dé “rienda suelta a la posibilidad del uso indiscriminado de “combustibles alternativos en todo el sector transporte y permita la promoción del gas fósil para el transporte por carretera”.

En la misma línea, el portavoz de Ecodes, Cristian Quílez, ha mostrado su «decepción» por la escasa ambición y concreción del articulado relativo al sector del transporte y la movilidad. Desde Transport & Environment, Carlos Bravo, ha expresado que pese a que el sector transporte es el que más contribuye al cambio climático en España, con casi un 30% del total de emisiones de gases de efecto invernadero en 2019, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética «no ha dado a este sector la importancia debida».

«No hay mención alguna a la movilidad cero emisiones en el transporte pesado de mercancías ni una apuesta decidida por los combustibles cero emisiones en el transporte marítimo», denuncia Bravo, quien estima que esto supone un «grave error» porque la ley abre la puerta al uso de electro combustibles en el transporte por carretera, algo que en su opinión es una opción «muy ineficiente y costosa».

Otra de las medidas que ha incorporado la ley es la introducción de medidas para potenciar la movilidad urbana ecológica en los municipios de más de 50.000 habitantes en 2023, como máximo. Entre dichas medidas figura la creación de zonas de bajas emisiones en estas localidades como las que actualmente están vigentes en ciudades como Madrid y Barcelona, que fueron pioneras en este apartado. En este artículo te explicamos cuáles serán las 149 localidades españolas que tendrán que incorporar ZBE.

Fuente: La Vanguardia