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Madrid acoge la cumbre de la ONU entre críticas por su inacción climática

Madrid acogerá entre los días 2 y 13 de diciembre la conferencia número 25 del Convenio de Cambio Climático de la ONU. El acontecimiento ha sido muy bien acogido porque puede dar proyección internacional a la capital española. También existe coincidencia en que Madrid está preparada y capacitada para organizar un acontecimiento de esta magnitud, que reunirá a más de 20.000 personas. Sin embargo, la gran paradoja es que el actual gobierno local de Madrid ha recibido numerosas críticas por su inacción en materia de política climática, el eje de los debates de esta cumbre de la ONU. No es ésta precisamente la bandera preferida del PP.

Muchas de las ciudades que han acogido las anteriores conferencias del clima de la ONU han apro-vechado la oportunidad para ¬mostrar al mundo su implicación en la lucha contra el cambio climático. El ejemplo más claro fue Copenhague, que se convirtió en un escaparate de las iniciativas de de-sarrollo perdurable.

El alcalde madrileño, Martínez-Almeida, nada más llegar a la alcaldía, intentó dar marcha atrás al Plan A.

Madrid tiene un potente y rico tejido social que alimenta el movimiento de la justicia climática. Pero el gobierno del Ayuntamiento de Madrid, en cambio, no se ha caracterizado por sus planes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Todo lo contrario. Su intento de corregir la zona de bajas emisiones de Madrid Central le ha granjeado numerosas críticas y espoleó la denuncia de la Comisión Europea contra España ante el Tribunal de Justicia Europea de Luxemburgo por infringir la directiva de calidad de aire. El gobierno popular en esta comunidad ha sido acusado de falta de firmeza en la apuesta por el transporte público y de tener predilección por los ejes viarios que fomentan el coche privado (túneles, radiales, grandes infraestructuras…), en lugar de descarbonizar la movilidad.

El primer anuncio que hizo el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, nada más llegar a la alcaldía, fue intentar dar marcha atrás a algunas medidas del Plan A contra la Contaminación y el Cambio Climático puestas en marcha por su predecesora, Manuela Carmena. Dicho plan incluía una zona de bajas emisiones (Madrid Central) donde sólo pueden circular libremente los residentes y los conductores de vehículos con etiqueta 0 emisiones y ECO. El nuevo Consistorio (PP y Cs) intentó sortear esta medida con una moratoria a las multas a los infractores, y fueron los jueces los que rechazaron tajantemente esta pretensión.

“Necesitamos que las autoridades locales sean ejemplares no sólo en cuanto a la organización de esta conferencia, sino en que sus políticas den muestras claras de cuál es su apuesta respecto a la lucha contra la contaminación y el cambio climático”, señala Inés Sabanés, la concejal de Más Madrid en el área de Transportes y Movilidad, impulsora de Madrid Central, hoy en la oposición.

Las entidades sociales han reclamado al gobierno de Madrid que “rectifique su discurso y su práctica”, calificada “regresiva” por cuanto, bajo les invocaciones a la libertad individual, “no se asume el compromiso para reducir el tráfico y el recorte de emisiones en el transporte”, señala Núria Blázquez, coordinadora de Transportes de Ecologistas en Acción. “Para reducir la contaminación y mitigar el calentamiento debemos disminuir el tráfico en Madrid; pero esto es algo que el PP nunca ha aceptado”, señala Francisco Segura, portavoz de esta entidad.

El nuevo gobierno local enseñó sus cartas con el Plan Madrid 360, para dar respuesta a la exigencia de la CE y mejorar la calidad del aire, pero en esta propuesta se frena la ambición anterior. El nuevo planteamiento no está acompañado de la correspondiente modelización (para saber cómo y cuándo se acercarán los valores de calidad del aire a los niveles exigidos) y aún no se ha modificado la ordenanza local de movilidad. Pero las intenciones del PP están claras: 1) facilitar el acceso al Madrid Central a los vehículos con distintivos “C”; abaratar los aparcamientos públicos, y ampliar las plazas de aparcamiento público. “Si se permite que la gente entre y salga, y, además bajas el precio de aparcamiento, vas en dirección contraria a lo que están haciendo todas las ciudades de nuestro entorno”, dice Sabanés.

Madrid es la tercera comunidad autónoma con menos energía renovable instalada (con 153 MW sólo superada a Baleares y Cantabria) y su producción eléctrica es tan reducida que depende de la generada en otras comunidades.

En la última cumbre de la alianza de ciudades C40 contra el cambio climático, celebrada a principios de octubre en Copenhague, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís (Ciudadanos), firmó un compromiso para crear entornos urbanos de bajas emisiones y aire más limpio junto a otras ciudades. Pero esto no convence a la oposición. “Este doble lenguaje genera incertidumbre entre la ciudadanía. El PP parece haber rebajado el tono rayano al negacionismo climático que empleaba. Pero sigue practicando un discurso contradictorio; es rehén de la campaña demagógica que emplearon tanto durante la gestión de Carmena como durante la campaña electoral”, dice la edil Sabanés, quien apunta otras declaraciones de altos cargos autonómicos . Una figura denostada por dirigentes del PP ha sido Greta Thunberg, la joven activista que la ONU ha utilizado como ariete para exigir a los países mayor ambición en sus planes de acción climática. “Pocas personas han hecho más daño a la causa del cambio climático que los padres de Greta Thunberg”, afirmó Cayetana Alvárez de Toledo, portavoz popular. “El cambio climático no ha sido una prioridad para el gobierno autónomo. La propia presidenta, Esperanza Aguirre, ha utilizado argumentos negacionistas. Si Madrid ha sido elegida sede no ha sido ni por los méritos del Ayuntamiento ni de la comunidad”, dice Francisco Segura.

Fuente: La Vanguardia