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Qué se juegan las aerolíneas españolas con la ecotasa a los billetes de avión en Francia

Volar desde París, Burdeos o Lyon será entre 1,5 y 18 euros más caro a partir del año que viene. Francia ha sido el último país en sumarse a la ecotasa para gravar las emisiones de los aviones, con repercusión directa en el bolsillo de los pasajeros. La ministra de Transporte francesa, Elisabeth Borne, aplicará este impuesto a los billetes de todos los vuelos que partan desde ese país, exceptuando destinos como Córcega, territorios galos de ultramar y vuelos de conexión. También excluye las llegadas.

Pero ¿qué impacto puede tener esta medida más allá de la evidente —y necesaria— reducción de emisiones de dióxido de carbono en los cielos europeos? Las aerolíneas están en alerta porque prevén una caída de la demanda y consideran que un nuevo impuesto «no ayudará a la industria a invertir en energías limpias y tecnología», matiza la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

Iberia (IAG) cuenta con infinitas rutas desde Burdeos, Estrasburgo, Lyon, Marsella, Nantes, Niza, París (tanto en el aeropuerto Charles de Gaulle como en Orly), Rennes, Toulouse, Vatry y Bastia (Córcega). Su ‘hermana’ Vueling no ha ofrecido los datos solicitados por El Confidencial. Por su parte, Air Europa (Globalia) opera cuatro rutas que enlazan Madrid, Valencia, Palma de Mallorca y Málaga con la capital francesa, transportando a más de 455.000 pasajeros en lo que va de año.

Una ecotasa a nivel europeo «daría como resultado un aumento medio del 10% en el precio de los billetes y un descenso del 11% en la demanda de pasajeros», detalla un reciente informe de la Comisión Europea al que ha tenido acceso este periódico, llamado ‘Taxes in the field of aviation and their impact’. Todo ello tiene un impacto negativo en el empleo vinculado a la aviación (-11%).

Y pone como ejemplo otros dos países europeos que también han planteado un impuesto verde a las aerolíneas. Holanda se enfrenta a un aumento del 19% en los precios del billete, con efectos en la conectividad (-19%) y el empleo (-20%). La subida de tarifas prevista en Bélgica asciende al 16%, con una caída del 16% tanto en conectividad como en empleo.

«El análisis muestra que una nueva tasa tendrá un efecto negativo en la industria aérea (…) Lo que hace que cualquier cambio en el régimen fiscal deba ser estudiado con sumo cuidado», sobre todo porque la aviación tiene un papel prioritario en muchos Estados miembros. Uno de esos países es España, donde el turismo representa un 14% del PIB.

La aviación tiene un papel prioritario en países europeos como España, lo que obliga a analizar las iniciativas fiscales con sumo cuidado

La otra cara de la moneda se traduce en una reducción de emisiones de CO2 (-11%) y de personas afectadas por el ruido de los aeropuertos (-8%), prosigue el informe de Bruselas. El principal beneficiado será el medio ambiente, que ya lleva años en la agenda de los políticos europeos y las empresas. «Las aerolíneas han hecho un gran esfuerzo inversor para renovar sus flotas y construir aviones más eficientes, una de las principales vías para cumplir con los compromisos de reducción de emisiones», explican desde el sector.

Esas mismas fuentes critican que los gobiernos impulsen nuevas tasas sin antes activar las herramientas que ya existen para reducir las emisiones, como el cielo único europeo. Dicha iniciativa comunitaria (2004) busca reestructurar el sistema de gestión de navegación del continente para acabar con las ineficiencias en el espacio aéreo, hacia un sistema de transporte aéreo más eficiente.

Pocas de las compañías contactadas por este periódico quieren hacer valoraciones a título individual sobre la ecotasa en Francia. «El impuesto es erróneo. Desde 1990, las aerolíneas han reducido las emisiones un 50% por pasajero (…) La tasa gala mermará los 100.000 millones de euros que la aviación genera para la economía francesa, y pondrá en riesgo 500.000 puestos de trabajo por la pérdida de competitividad», sostiene la patronal IATA.

Cuando las barbas de tu vecino veas pelar…

Francia registró un volumen de pasajeros de 141 millones en 2018 (según IATA), con previsiones de aumentar la cifra hasta los 210 millones dentro de 20 años. Hoy se encuentra en el noveno puesto a nivel mundial, si bien caerá hasta la undécima posición. Eso sin contar con el impacto de la ecotasa, pues la patronal todavía no ha tenido tiempo de medirlo.

¿Qué hará España? La posición periférica de nuestro país y su elevada dependencia del turismo hacen que la ministra de Economía, Nadia Calviño, no vea con buenos ojos una ecotasa como la francesa. Pero la industria aérea da casi por descontado que el Gobierno está preparando algún tipo de alternativa para gravar las emisiones contaminantes de los aviones. Basta con rescatar las declaraciones de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien calificó la medida propuesta por Bélgica como «interesante».

En cualquier caso, no tiene mucho sentido que cada país se ‘saque de la manga’ un impuesto diferente sin existir un consenso a nivel europeo. Las empresas reclaman una armonización de la ecotasa en Bruselas para saber a qué atenerse y, sobre todo, para evitar que unas regiones tengan más ventaja competitiva frente a otras, como advirtió el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara. El debate ya está servido en las instituciones europeas.

Las aerolíneas españolas no son las únicas afectadas por el impuesto galo. Air France se ha opuesto públicamente a la medida porque «penaliza la competitividad en un momento en el que tenemos que fortalecer las inversiones para reducir la huella medioambiental más rápido». La compañía gala calcula un sobrecoste de 60 millones de euros al año. La ‘low cost’ británica EasyJet se pronuncia en la misma línea y apuesta por los incentivos a los vuelos eficientes.

«Hay que fomentar la renovación de la flota, las infraestructuras modernas y un alto porcentaje de ocupación», añaden desde EasyJet. Por su parte, Norwegian Airlines destaca que todavía es un operador pequeño en Francia, con algunas frecuencias desde París (Orly y Charles de Gaulle) y otras cuatro rutas desde Burdeos, Montpelier, Niza y Bastia solo en verano. Ryanair y Vueling no han respondido a la solicitud de información de El Confidencial al cierre de este artículo.

Fuente: El Confidencial